Muchas son las frases que desorganizan la casa. No son encantamientos, son precursoras del desorden que ingresará a nuestro espacio.

¡Está de oferta!

Vivimos en una economía consumista, globalizada y tendiente al hedonismo. Si, es verdad que queremos vivir en condiciones confortables y es válido. Con eso en mente una de las frases que desorganizan más nuestros espacios, es la de alegrarnos porque algo está de oferta. Vitoreamos jubilosos, al menos mentalmente, el hecho de que algo se encuentre en promoción, con rebaja o descuento.  Si bien podremos ahorrar algo de dinero, el justificar una compra por ser oferta, puede conducir al exceso de pertenencias. Esas pertenencias, muy probablemente terminarán atiborrando un rincón, armario o superficie de la casa. Entonces la oferta se convierte en desorden.

Frases que desorganizan

¡Ahorro al comprar por volumen!

Grandes supermercados de descuento, que requieren membresía como Sam’s Club o Costco nos permiten adquirir básicos del hogar por volumen. Ese volumen se supone debe repercutir en un ahorro considerable. Lo anterior es a veces cierto, a veces no. Usar el argumento del volumen se pude convertir en otra de las frases que desorganizan. Analízalo fríamente cuando compres así. Podrías preguntarte ¿Realmente tengo necesidad de tanto papel higiénico? ¿Hay una repisa suficientemente resistente para soportar el peso de un bidón de detergente? ¿Tengo dónde almacenar correctamente tantas servilletas de papel? Si te vas más allá, con los perecederos (aún congelados) analiza si consumirás esas cantidades o si buena parte terminará en la basura.

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¡Por si acaso!

Quizá la madre de todas las frases que desorganizan es “por si acaso”. Por si acaso tengo una fiesta, por si acaso tengo invitados, por si acaso me quedo sin ropa limpia, por si acaso decido bordar, coser, hacer bricolaje. El por si acaso resume escenarios de imprevistos futuros. Esos escenarios supuestos, hacen que nuestra mente mitigue la ansiedad teniendo medidas precautorias. A diferencia de un plan de prevención de desastres, las medidas precautorias implican tener abastecimiento, pero no tanto para evitar carencias esenciales, más bien para subsanar carencias socioemocionales. El famoso “qué dirán” donde el verdugo más implacable es uno mismo. Así nos llenamos de cosas que una vez adquiridas, no sabemos dónde guardar y solo contribuyen al caos ya existente.

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Te invito a reflexionar las razones por las que adquirimos algo. La reflexión y el cuestionamiento objetivo podrá tomar decisiones racionales. Las decisiones a la ligera o motivadas por emociones que son temporales, pueden agravar tu situación de desorden y desorganización. No caigas en este tipo de frases o de otras tantas frases que desorganizan. Si ya tienes una situación de caos, llámame y busquemos una solución juntos a través de los servicios que te ofrezco.