¿Repetidas veces encuentras morralla regada por toda la casa como si se tratara del polvo de hadas que hará feliz a todo lo que toca? ¿Los zapatos terminan debajo de un mueble o cama y a la hora de necesitarlos siempre encuentras uno pero no dos? Es momento de lidiar con las cosas que nunca por más que nos esforcemos encuentran su lugar.

 

Los objetos son inanimados, no tienen vida propia, por más que quieras creer en que los juguetes cobran vida cuando no los vemos como en Toy Story ®. No es verdad que desafíen las reglas de la naturaleza o que un ente maligno se encarga de regar la ropa que sacaste del tendedero pero no tuviste tiempo de doblar. Es hora de tomar responsabilidad y darte cuenta que lo que te hace falta no necesariamente es tiempo sino una serie de consejos que te ayuden a forjar tu sistema de orden para todo lo que hay dentro de tu casa. Las situaciones más comunes que usaré de ejemplo son las siguientes:

  1. Carencia adecuada de almacenaje. Si la morralla aparece en todos los cajones y rincones de la casa es porque seguramente no tienes un lugar donde ponerla. Rara vez nos gusta parecer sonaja por lo que nos resulta desagradable cargar con monedas en el pantalón o la bolsa, llegando a casa lo primero que hacemos es aventarlas junto con las llaves. Siempre las encontraremos regadas cuando no las necesitemos pero cuando sea imperioso tener lo uno o lo otro en la mano nunca estarán a la vista. Designa un cuenco en un sitio cercano a la puerta donde coloques ambas cosas SIEMPRE, o mejor aún un frasco para monedas y un colgador de llaves detrás de la puerta, ganchos sencillos para trapos de cocina pegados en la misma puerta me funcionan como no tienes idea y mis monedas en un frasco tipo especiero para hallar el cambio exacto para el garrafón de agua, la propina de la basura o el repartidor de pizza.
  2. Ceguera selectiva. Hay veces que por razones diversas nos acostumbramos tanto al ambiente y sus contenidos que no nos percatamos, o mejor dicho nos cegamos al desorden. Circulamos junto a el, lo movemos de un lado a otro pero JAMÁS lo vemos. Remedio, hoy día que casi cualquiera tenemos cámara digital en casa tomaremos unas fotografías de los rincones de un espacio, para iniciar el ejercicio, descárgalas en la computador y analiza lo que ves, ahí entraras en razón y recuperaras la visión perdida. El impacto de una imagen es poderoso, ahí le encontrarás hasta los detalles mas groseros a tu falta de orden; usa esa visión analítica para que ubiques el lugar adecuado para cada cosa en tu casa. Lo que es del baños al baño, lo de cocina a cocina, y así  hasta ubicar todo en su sitio natural.
  3. Cada cosa en su lugar. Con todo lo que se encuentre fuera de su sitio natural, piensa si tiene un lugar donde guardarlo, un lugar permanente; si son los hilos de costura, ¿Hay un costurero? Si es despensa ¿Hay alacenas suficientes?. La clave es que todo tenga lugar donde ser guardado de lo contrario rodará por la casa como canica en bacinica.
  4.  Si todo lo anterior no funciona usa la VERGÜENZA. Esta es una herramienta fantástica, invita amigos a casa, pero aquellos con los que no tienes un nivel de confianza extrema, o a tu querida amiga de toda la vida a la que no ves seguido porque es una arpía de la crítica y no teme externar sus opiniones. Es ocasiones necesitamos una buena sacudida y la vergüenza es un método excelente para conseguir percatarnos de la importancia de poner todo en su lugar y hacer de esa rutina un hábito.